jueves, 25 de octubre de 2012

El habitáculo universitario.


Ya era hora de actualizar esto un poquito, que se está poniendo de moda el "bloguear" y hay que hacer frente a la competencia.

La causa que ha conseguido que vuelva a escribir una entrada es que se me ha agotado la batería del ordenador, del móvil, y siento un acusado dolor en la zona ovárica  Como se puede deducir, en ese estado no se puede hacer frente a dos horas de derecho y otro tanto de arte. Con lo cual, aquí me encuentro, en casica, básicamente para hacer tiempo hasta la hora de comer dentro de la comodidad del hogar y sus enchufes para la batería.

Me dedico en este capítulo a informaros de que en el piso me va bien y de que me manejo estupendamente. Sobre todo con el mando de la tele. En lo que se refiere a aspectos culinarios, he aprendido muchas cosas. No sabía cuántas cosas podían ser acompañadas de alioli, incluso creo haber inventado la receta de "salsa alioli con sobras varias a medio descongelar". A parte de nuevos descubrimientos, estoy sacando provecho de todo lo que se encuentra a mi alrededor: reutilizo el aceite hasta que llega a parecer mostaza y he descubierto que el delantal puede ser un perfecto babero-mantel tamaño adulto.

Luego están esos pequeños detalles que uno aprende a base de cagarla o, como se suele llamar, experiencia. Recientemente se me calló un platazo de arroz con tomate en la alfombra que se encuentra en la zona del sillón, debido a la mala costumbre de comer en dicho lugar. Ahora, más madura y experimentada, dejo el plato en la mesa del comedor, aparto la alfombra involucrada, cojo mi comida y me siento con cuidado en mi sitio predilecto del salón, en diagonal con la tele, sillón amarillo. Qué jodido fue lo de despegar los granitos de arroz de la alfombra.
El resto de los problemas hogareños también los tengo controlados, sé dónde acudir:

"Mamá, ¿Me puedo comer una hamburguesa que caduca hoy? Por cierto, méteme dinericos"
"Mamá, ¿Puedo lavar ropa de color y blanca e frío? Por cierto, méteme dinericos"
"Mamá, ¿Me puedes enviar las llaves del piso por correo? Se me han olvidado en Logroño. Por cierto, ya de paso méteme dinericos"
Etc..

Y esto es todo. Me es imposible seguir informando de mi bienestar ya que mi mente se está empezando a ocupar en la comida de hoy. Creo que toca espaguetis. Quien quiera visitar las tierras del Cid, mis puertas se hallan abiertas, pero que avise con tiempo, pues tendré que recoger la habitación, limpiar la cocina, fregar el salón...

Saludos a todos, y Dios bendiga al Mercadona.

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